Crítica: Sucker Punch (2011)

Es muy probable que entremos en controversia cuando les diga que, a pesar de sus errores y pretensiones, la película me gustó. Tal vez fue por llegar con las expectativas bajas debido a que la crítica especializada la ha condenado de aburrida... pero pues no me aburrió... y eso que no es muy difícil que una película me aburra. Ademas soy gamer, geek y friki, si algo sé apreciar es el intento de aparentar un especie de videojuego al estilo recolector, toda la película fue como ver pasar los cinematics de un videojuego... sin tener que jugar, pero bueno, no es un juego, es una película y el intento no se me hizo tan torpe, ayuda el que no sea una adaptación de nada y que Snyder se halla inventado un mundo propio en el que pudiera jugar al estilo Matrix pero con personajes menos cuadrados y mucho más épicos. Es divertido de ver pero en el argumento es donde pierde consistencia, sobre todo al final, ya que no tiene la fuerza suficiente como para mantenernos interesados.

Hay que reconocer algo obvio, Snyder es fetichista y la mayoría de los hombres lo somos, ¿O acaso ver a un grupo de chavas venteañeras vestidas o disfrazadas de guerreras al estilo anime, disparando armas de fuego y peleando con espadas y/o hachas no se les hace atractivo? Y es que no pretende ser realista, intenta contar una historia de manera interesante y diferente, en el que los personajes no quieren aceptar su realidad y sumergen sus pensamientos en un mundo creado por ellos mismos en el que pelean sus batallas reales muy a su estilo, digamos... metafóricamente. Entiendo lo que quisieron hacer, pero hay elementos que faltaron para realzar la trama y no solo esperar las batallas ya que al final cuando el impacto debe ser satisfactorio, demasiada palabra y frase "motivadora" no nos dejan satisfechos, aunque las dos ultimas frases son el verdadero mensaje de la película.

En general es un buen intento que junto a Scott Pilgrim vs The World serán las pioneras de muchas futuras películas "surrealistas" en Hollywood, pero hay que pulir la técnica, y aprender del buen Wright a sostener la trama en todo momento para no solo perderse en el espectáculo visual.

Calificación

7.6

Arriesgada pero pretenciosa, un espectáculo visual que pierde fuerza al no reafirmar la trama ni los personajes